diumenge, 15 de febrer del 2015

Crònica des de Guatemala - Fermín Rodrigo

Us faig arribar l'escrit que ens envia el company Fermín Rodrigo des de Guatemala. Ell és membre de PBI Guatemala i a més a més està col·laborant amb diferents organitzacions a Guatemala en la lluita pel manteniment de la Memòria Històrica i la lluita perquè les comunitats indígenes, massacrades durant els anys de conflicte armat (de finals dels 70 fins al 1996) puguin recuperar les terres i que siguin compensades per les morts i tortures a que van ser sotmeses.


VISITA A LA COMUNIDAD PRIMAVERA DEL IXCÁN (CPR IXCÁN). Del 30 al 2 de febrero del 2015.

No era la primera vez que lo hacía. A las 4 a.m. agarré el bus de La Monja Blanca hacia Cobán y a las 9,30 a.m. ya estaba en la Terminal Norte, sucia y descuidada, como siempre. Busetas amontonadas, gentes gritando y anunciando el pasaje para otros destinos, vendedores de todo, chafas y controladores de vida y milagros. Ni un zancudo queda sin identificar. Nadie se preocupa ni en darle un manotazo.

Los baños de la Terminal bastante impresentables, a pesar del peaje que has de abonar, pero que son visita obligada (está bien llevar siempre papel higiénico pues el papelito que te dan no llegan para un “santo y señal”).

Cargando con el bocadillo hecho en casa y un agua pura, apenas tardé unos minutos en salir camino de Cantabal. Durante el viaje iba pendiente de no dejar pasar la mirada al desvío para Monte Olivo, donde tuve el privilegio de compartir y visitar hace dos años, en una reunión comunitaria e intercomunitaria inolvidable. Meses mas tarde en ese lugar vendrían nuevas luchas, asesinatos, desapariciones, desplazamientos y solidaridad… y el pueblo kekchí dando, de nuevo, un ejemplo de resistencia y dignidad que continúan. Allí, al pasar por el desvío que sale a la izquierda de la carretera, los tuve presentes y renové mis compromisos.

Durante el viaje uno puede observar que hay cosas que desgraciadamente no cambian en esta Guatemala herida. En la buseta, delante de mí, una mujer indígena descansa su cabeza sobre un lugar inexistente y trata de dormir superando el traqueteo de la ventanilla, los ganchos y el reaposento continuo a que nos somete el ayudante del piloto. Resalta, en ese conjunto de movimientos, el trato avasallante y discriminatorio al que son sometidas las mujeres indígenas ancianas. Partimos de que la buseta tiene 12 plazas, ya ajustadas; que cargan 16 o 20 y que, a pura voz de mando, los pilotos van reubicando a la gente bajo criterios propios, siempre machistas y racistas, tan arraigados y explícitos en la cotidianidad guatemalteca, con sus sabrosas y contadas excepciones, que también las hay. Afortunadamente, entre el pasaje, también puedo apreciar comportamientos y actitudes de ayuda mutua y colaboración que son como una aire fresco y esperanzador.

El caso es que, ya desde esa buseta y, sobre todo cuando llego a Cantabal, me siento observado y controlado; nada nuevo por otra parte. Es como si pudiera asegurar que antes de llegar a Cantabal o a Primavera una compañía invisible, controladora de personas y territorialidades, supiera ya perfectamente quien soy, a qué y a dónde me dirijo. Y eso, que va corriendo todo el camino por delante de mí, me hace agudizar los sentidos, afinar los comportamientos y distinguir lo fundamental de lo accesorio; lo que se puede hacer y lo que de ninguna de las maneras te puedes ni plantear. A pesar de todo eso, nada depende solo de mi.

Ya en Cantabal, agarro camioneta hacia Primavera a las 2 de la tarde. Siento que la discreción y la prudencia han de acompañarle a uno siempre, pero en Cantabal de manera especial.  Me aborda gente que pregunta de las formas más variopintas para donde y porqué me muevo. Si no andas “fino” puedes creerte que estás hablando con alguien de confianza y conocedor de Primavera, pero que lo que pretenden es informarse y saber qué pintas allá y que pueden aprovechar de ello. 

Si conoces algo sobre los poderes e intereses en la zona (y si no también) lo mejor es contestar educadamente sobre fútbol, el tiempo, o cosas así aunque no entre dentro de tus aficiones ni prioridades.

En el camino a Primavera tuve la suerte de coincidir con el antiguo administrador de la Cooperativa La Resistencia, de Primavera. Intercambiamos sobre gentes y personas acompañantes conocidas por ambos, de su trabajo y expectativas, de sus papás, de los tiempos de La Esperanza y Santiaguito (estuvo en el internado), de su hijo chiquito… Me dio saludos especiales para “el pajarito” de Catalunya.

No sé porqué la conversación me traslado a los nuevos programas del PNUD para la región ixil. O los de la AID para esa región y Sacapulas, Cunén y Uspantán.  Programas de gobernabilidad (que llegan de fuera, cuando son las propias comunidades las que dia a dia posibilitan la gobernabilidad),de justicia transicional, de alimentación (FAO y compañía), del pisto que con tinte de cooperación vuelve de nuevo al Quiché en esta nueva fase, grandota, de expolio del territorio que ahorita se relanza. Si, de nuevo, los grandes proyectos de ayuda y cooperación llegan con el relanzamiento de las empresas. Ahorita que la cooperación está en crisis por los recortes en todos los paises , no puede faltar en estas zonas como estrategias de modular, frenar y eliminar las resistencias de las comunidades y los pueblos. Pues sí: directamente Naciones Unidas llevando a cabo estos proyectos, en estos momentos y con estas intenciones que, lógicamente, nunca se confiesan pero que hieren como puñales.

El caso es que a las 5 de la tarde llegué a la comunidad que estaba realizando su XXXVII Asamblea y cuya declaración política final ya os he hecho llegar. Nada más entrar en el salón, lleno de ancianos, mujeres, hombres y jóvenes me pidieron saludar y ahí sí, les tuve definitivamente presente a todos y todas ustedes, a la vez que con voz temblorosa y emocionada expresaba mi más profundo agradecimiento después de tantos años de acompañamiento mutuo. 

Acabaron de elegir a sus nuevas autoridades, tanto del CCPI como de los diferentes comités, saludaron las personas invitadas y salimos del salón. Mi sorpresa fue grande cuando me vi totalmente rodeado de chiringuitos e instalaciones de ocio que formaban parte de “la Feria Primavera 2015”. Eso sí que no lo conocía en esas dimensiones y en plena selva!!

Una gran noria, era movida a mano por dos chavos con guantes, mientras su música de tunda, tunda,  se hacia insufrible. Futbolines, puestos de bebidas, de comidas,  maquinas para matar imaginariamente personas y animales, casetas de tiro…

Coincidía, todo esto,  con las primeras estadísticas sobre los asesinatos y muertes extrajudiciales cometidas durante el mes de enero en Guatemala. Muertes, estas sí reales, en el primer mes del año proclamado por el presidente, y ex-militar, Otto Pérez Molina como el “año de la no violencia”. Los primeros datos situaban esta masacre continua en 448 (cuatro más que en enero 2014). Cuando bajé a la capital me enteré que otras fuentes sitúan la cifra en 780 o así, ¡en un solo mes! No son cifras, son vidas humanas, familias destruidas, tejido social disperso y confuso… es la guerra! O si se prefiere, una de las expresiones de la guerra inacabada. La vieja disputa con caretas nuevas. Las nuevas agresiones y las nuevas territorialidades. Los viejos actores reforzados. La vuelta a lo peor. La ruina! Si, en la Guatemala del “año de la cultura”!

Pero ahí está Primavera, y tantas otras Primaveras. Una comunidad creciendo en referencia, en lucha, en dignidad. Acogedora y controladora de los peligros que le rodean y transitan tranquilamente, de noche y de día, por sus caminos a veces intransitables. Ahí está Primavera con sus mujeres y jóvenes que van poco a poco asumiendo con fuerza la responsabilidad de ponerse al servicio de la colectividad desde los comités políticos, de salud, de vigilancia, de educación de producción, de relaciones necesarias con el resto de comunidades.

No soy capaz de reproducir los bellos y elaborados discursos, profundos y sentidos, de 5 mujeres jóvenes de la Comunidad que en la fiesta del primer día expusieron su manera de ver los problemas más candentes: recursos naturales, medio ambiente, educación, relaciones sociales… Chavas que, algunas, ya eran naturales de Primavera y que, sólo a través de la Memoria vivida y recuperada por sus familias, les había sido transmitida. Cuanta fuerza y compromiso!

Respecto a años anteriores, sentí cómo la comunidad va recuperando “lo colectivo” con decisión. Se veía en el intercambio de información, en las intervenciones y el cariño con que eran hechas, en las críticas y correcciones, en la elaboración de planes, estrategias y alianzas comunitarias e intercomunitarias… en el nivel político de su trabajo. Sin duda, Primavera se ha convertido en un motor y un referente político positivo para el Ixcán.

En estos días pasados en Primavera las conversaciones mantenidas, el cariño y acompañamiento recibidos, la forma de referirse al intercambio epistolar, a la colaboración del sindicato USTEC-Stes de Catalunya, a las delegaciones enviadas por USTEC-Stes-Entrepueblos, la forma de plantear sus problemas y necesidades, el camino recorrido y las peticiones expresas, me hacen afirmar que la Comunidad sigue pidiendo acompañamiento político internacional. Acompañamiento, cuyo contenido, sentido y concreción, es siempre un camino de hermanamientos, aprendizajes y compromisos mutuos.

 Fermín

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